El colegio Sagrada Familia “El Monte” resulta reseñable frente a otros colegios anteriormente construidos en la ciudad por dos razones principales: en primer lugar, su ubicación en la ladera del monte Gibralfaro, a la que se adapta gracias a un cuidado y complejo encaje topográfico; en segundo, sus detalles arquitectónicos y ornamentales enraizados en la tradición edilicia española.